Por: Salvador Montoya


Los Occidentales que llegaron en 1492 a nuestras tierras no tomaron en cuenta estos principios y cerca de 60 millones de aborígenes murieron masivamente en la resistencia o en el contagio de las epidemias europeas. Además los occidentales mal llamados descubridores trasladaron de África como 12 millones de esclavos cuya cacería quizá representó el sacrificio de más de 60 millones de vidas.
Por ello, la historia hay que mirarla y vivirla con conciencia. Y no permitir que ese fuego interno que es la dignidad, que es el conocimiento de sí, que es el arte del buen vivir se apague o se mengue por los vicios de nuestra sociedad enfermiza de consumismo y desigualdad.
Hoy todos somos Yanomami.
Escritor
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